miércoles, 16 de diciembre de 2015

Valderas: historia, arte y costumbres



BREVES APUNTES SOBRE LA VILLA DE VALDERAS


[ NOTA PREVIA: Esta entrada se ha elaborado consultando algunos datos y referencias en la “Guía de Valderas”, de Honorina Vecino Páramo, 1982 (Distribuidor: Librería Pastor, León); en la “Historia de Valderas y su término”, de Albano García Abad, 1968 (Editorial El Monte Carmelo, Burgos); en “Valderas, una reina en la frontera", de Cesidio Blanco González, 2009 (Editorial Cultivalibros, Madrid); así como en varias páginas web en Internet dedicadas a la historia, arte y cultura de la villa de Valderas, concretamente en las siguientes: La Wikipedia, La Página Web de Vivaleón, la Página Web del Ayuntamiento de Valderas, y la Página Web de Carlos Cabo. ]


1. Apuntes geográficos.

Valderas es un municipio situado al sur de la provincia de León. La villa está ubicada en la vega del río Cea, en la comarca natural de Tierra de Campos, caracterizada por las extensas planicies mesetarias de secano, y en cuyos campos se cultivan principalmente cereales y viñedo. Pero aunque la zona es predominantemente llana, el casco histórico de Valderas está construido sobre un cerro elevado junto a la vega del río Cea, desde el que se domina gran parte de la comarca.


El clima en Valderas es el típico de la Meseta Norte, es decir, continental seco, con inviernos fríos y veranos calurosos, y con lluvias irregulares y casi inexistentes en verano.

La economía de Valderas se basa en la agricultura de secano, en la ganadería ovina, en alguna industria de transformación de productos locales (vino y quesos), en el comercio local, y desde los años 70 y 80 también en el turismo de veraneo interior, principalmente de asturianos y de oriundos del pueblo.

En cuanto a la demografía, Valderas llegó a tener unos 4.000 habitantes a finales de los años 60, pero desde entonces ha perdido la mitad de su población como consecuencia principalmente de la emigración y el éxodo rural de los más jóvenes en busca de mejores perspectivas laborales (en los años 60 y 70 a otras regiones industriales del país, y actualmente a León, Valladolid y otros núcleos cercanos más dinámicos como Valencia de Don Juan y Benavente, entre otros). En consecuencia, la población censada actual es de algo menos de 2.000 habitantes, y está muy envejecida, aunque en verano con el citado turismo de veraneo la población flotante llega a triplicarse.

2. Toponimia y heráldica.

El nombre del pueblo aparece por escrito por primera vez en el siglo XII, concretamente en un contrato de compraventa de una finca fechado el 11 de junio de 1113 en el que se habla de que está sita "...In Val de Heras, discurrente flumen Ceia, sub Kastro Maçarefe...", es decir, en “Val de Heras”, un lugar por el que pasa el río Cea (“discurrente flumen Ceia”)- y bajo el castillo de Mazarefe (“sub Kastro Maçarefe”).

Este primer nombre “Val de Heras” iría evolucionando a lo largo del mismo siglo XII a “Valdeiras” hasta llegar a la actual denominación de Valderas.

El significado del topónimo podría ser una contracción de la citada voz medieval “val de eras” o “valle de las eras”. No obstante, algunos autores hablan de un origen romano (no confirmado al no haber constancia escrita), en el que se habría fundado un poblado denominado "Vallis ferax cerere et uvis" (Valle abundante en cereales y viñedos); voz que se contraería primero a “Vallis Ferax”; y después la “f” evolucionaría a “h” aspirada y la “x” cambiaría a “s”, hasta llegar a la antes citada primera constancia escrita medieval de “Val de Heras” y su evolución posterior hasta la actual Valderas.

En cuanto al escudo de Valderas, su descripción es la siguiente: en su centro un brazo que sale de las llamas, y cuya mano rescata una bandera sobre la que se ven 4 estrellas y una cara de mujer. Lo rodea una orla con una leyenda que dice: Confringet arma et scuta comburet (quebrarán las armas y quemarán en el fuego los escudos). 

 
Esta composición algunos autores la vinculan a una leyenda de la tradición oral del siglo VII (sitio de los árabes e incendio de la villa) y otros a un hecho histórico del siglo XIV (sitio del Duque de Lancaster e incendio de la villa), que se describen en la reseña histórica a continuación.

3. Breve reseña histórica.

Los orígenes y la Alta Edad Media (hasta el siglo XII)

Como ya se ha señalado en el apartado anterior, aunque es de suponer que la zona estuviese ya habitada en tiempos de los romanos y de los visigodos, hasta el siglo XII no existe constancia escrita de la villa de Valderas ni de su historia; pero existen las historias narradas de generación en generación, las leyendas y la tradición no escrita:

- La tradición oral cuenta que en el siglo VIII, el rey godo Witiza proclamó una ley que mandaba destruir todas las armas y convertirlas en arados y utensilios para el campo.

- Una dama de Valderas llamada María de las Hazas (o de las Zarzas) instó a los vecinos para cumplir a medias con la ley: sólo convertirían en arados las armas inservibles o viejas, mientras que las otras serían guardadas en secreto para poder defenderse con ellas cuando hiciera falta. La leyenda cuenta también que compró más armas nuevas a su costa.

- Años más tarde pasaron por la población las tropas árabes de Al-Qama, camino de Asturias. Ante la negativa de los vecinos a rendirse los árabes tomaron el pueblo y lo incendiaron, y de nada les sirvieron a los ciudadanos aquellas armas escondidas.

- Se cree que esta leyenda del sitio y el incendio dio lugar a la configuración del escudo de la villa descrito anteriormente (aunque posteriormente, en 1388 hubo otro incendio de la villa provocado por los propios valderenses tras huir del sitio del Duque de Lancaster, hecho histórico que también pudo tener que ver en el origen del escudo).

- También existen algunas referencias en documentos del siglo X en los que se menciona la existencia en la zona de una fortificación que construyó un repoblador hispano-musulmán (mozárabe) llamado “Maçarefe” o “Mazarefe”, y que algunos autores apuntan a que podría referirse al emplazamiento del castillo de Valderas, pero otros afirman que estaba en el actual emplazamiento de la Iglesia de Santa María del Azogue (cuya torre aprovecharía los restos de una de las torres de la fortaleza).

La Baja Edad Media (siglos XII a XV)

Tras la ya mencionada primera referencia escrita de la existencia del pueblo de Valderas en el siglo XII durante el reinado de Urraca I de León (1109-1126) (recordemos, nombrado en un contrato de compraventa de 1113 como “Val de Heras”), en tiempos de Fernando II (1157-1188) se construyó el castillo del pueblo y se amuralló la villa (aún se conservan dos torreones ruinosos del castillo, conocidos como “los castillos de la Altafría”, y varias puertas de la muralla).

En el siglo XIII Valderas aparece ya en las crónicas como un feudo del Señorío de los Osorio (Marqueses de Astorga), y cabeza de las llamadas “Siete Villas de Campos” (Becilla de Valderaduey, Castroverde de Campos, Roales de Campos, San Miguel del Valle, Fuentes de Ropel, Villaornate y Valderas, su capital). La Mesta también tuvo presencia en la economía de la zona ya que la “Cañada Real Zamorana” pasaba (y aún pasa) por las inmediaciones del pueblo.

Durante las Guerras Civiles Castellanas de finales del siglo XIV, Valderas apoyó tanto a Enrique de Trastámara frente a Pedro I “el cruel” (guerra civil de 1366-1369) como a su heredero, Juan I frente al Duque de Lancaster (guerra civil de 1388); éste último sitió y ocupó la villa (cuentan las crónicas que las gentes del pueblo opusieron resistencia a las tropas de Lancaster, pero que a la vista de una derrota inminente los valderenses quemaron sus bienes y huyeron buscando asilo en los pueblos cercanos).

En agradecimiento a su fidelidad, Juan I otorgó a la villa un privilegio, firmado en Burgos el 15 de enero de 1388, por el cual se eximía a los valderenses y a sus descendientes de "todo tributo e cualesquiera pechos, pedidos e servicios", además de concederles los diezmos y tercios que la corona había de percibir para que lo destinasen a reparar las murallas.

Los privilegios fueron confirmados por los Reyes Católicos en 1476.

Todo ello supuso que en los siglos XIV y XV se produjese un gran desarrollo económico y crecimiento urbano y demográfico.

La Edad Moderna (siglos XVI a XVII)

Durante la guerra de las Comunidades de Castilla en 1522 Valderas apoyó a Carlos I, por lo que éste concedió nuevos privilegios y rangos especiales a los caballeros e hidalgos de la villa, y beneficiándose el pueblo entero con la ayuda otorgada al Mercado, que se convirtió en uno de los más destacados del reino (y que se sigue celebrando hoy semanalmente, los lunes).

En 1562 el Rey Felipe II confirmó los privilegios fiscales que otorgó Juan I.

También en el siglo XVI fue sede temporal del Adelantamiento Mayor del Reino de León (antigua institución con funciones militares y judiciales).

A principios del siglo XVIII el privilegio fiscal de Juan I fue confirmado nuevamente y ampliado por Felipe V, por haber apoyado su causa sucesoria frente a los Habsburgos.

Los beneficios de los citados privilegios fiscales y comerciales se hicieron notar en la prosperidad de la villa, que en los siglos XVI, XVII y XVIII vió crecer su población y su actividad comercial y artesanal, se abrieron nuevas calles y plazas y se levantaron algunas casas y palacetes en piedra y ladrillo y con escudos heráldicos, algunos de las cuales aún se conservan (como el Palacio de los Osorio, el Palacio de los Marqueses de Castro Janillo y el Seminario, entre otros).

Culturalmente Valderas también floreció en estos siglos, en gran parte gracias a los centros religiosos y docentes que había en el pueblo: el Convento de los Carmelitas desde el siglo XVI, y el Seminario desde el siglo XVIII.

La Edad Contemporánea (siglos XIX a XXI)

A principios del siglo XIX, en diciembre de 1808, consta que Napoleón pasó por Valderas con motivo de sus campañas militares en España y se alojó en el Seminario (sus tropas saquearon la villa).

Poco después se produjo la creación constitucional y legal de los municipios y la abolición de los señoríos. Así, en 1814 el Marqués de Astorga, Señor de las “Siete Villas de Campos”, cedió sus derechos señoriales sobre la villa, quedando desde entonces su administración en manos de un Ayuntamiento.

Paralelamente, durante el siglo XIX la villa entró en una decadencia económica y política y ya no recuperaría su anterior pujanza.

Durante el reinado de Alfonso XIII, y gracias en gran parte a la influencia en la corte de un hijo de la villa, Demetrio Alonso Castrillo, que fue diputado y senador por León y en 1911 ejerció como ministro de Gobernación, Valderas se vio favorecida con la construcción de diversas obras públicas: En 1915 se instaló el ferrocarril de vía estrecha que comunicaba Valladolid con Palanquinos pasando por Valderas (El conocido como “tren burra”, suprimido en 1969). También en esa década se hizo el trazado de las siete carreteras comarcales que salen o pasan por la ciudad. Y hacia 1920 se amplió y urbanizó el pueblo hacia el sur y se inauguró el parque llamado Paseo Nuevo.

Durante la Guerra Civil Valderas no sufrió destrozos bélicos por estar lejos de las líneas del frente, aunque sí sufrió la represión de la dictadura franquista, especialmente por haber sido un pueblo con un fuerte movimiento sindical de izquierdas (testimonio de ello es el hecho de que hoy en día Valderas es sede del Archivo Regional de la UGT).

Tras la guerra el pueblo siguió creciendo con nuevos barrios: en 1943 se construyó la barriada de la Obra Sindical y en 1963 se inauguró la barriada de Santa Teresa.

En la década de los 60 Valderas llegó a su cima demográfica, unos 4.000 habitantes, y en 1969 se levantó en la zona de la Altafría un nuevo Instituto de Educación Secundaria (el primero de la comarca), llamado Octaviano Andrés en honor del entonces alcalde, promotor del centro.

Pero justo en esa época, finales de los 60 y años 70, comenzó la emigración masiva a los centros urbanos e industriales más pujantes del país (Madrid, Barcelona y País Vasco), y con ella el lento pero continuo declive y envejecimiento de Valderas. Este declive sólo se corrige en verano, cuando los numerosos veraneantes rejuvenecen y dan ambiente y alegría al pueblo.

Personajes destacados

 

A lo largo de la historia, y especialmente en la época de mayor prosperidad de la villa (entre los siglos XVI y XIX), ha habido una serie de personas nacidas o criadas en Valderas que han destacado en sus actividades profesionales y culturales.

A modo de ejemplo (seguro que hay más que se quedan en el tintero) se puede citar a los siguientes:

- Fray Mateo Panduro y Villafañe (1646-1722): religioso carmelita, fue Catedrático de la Universidad de Salamanca y Obispo de Popayán (Colombia) y de La Paz (Bolivia). Dejó un legado póstumo para fundar el Seminario de Valderas.

- Francisco de Castro Canseco (1655-1724): escultor e imaginero español que trabajó sobre todo en Galicia.

- José Francisco de Isla (1703-1781): religioso jesuita, hobre de letras y escritor. Conocido como "Padre Isla", pasó su infancia y adolescencia en Valderas, de donde era oriunda su madre. Escribió entre otras obras la novela satírica “Fray Gerundio de Campazas”, muy popular en la época aunque prohibida por la Inquisición, por lo que tuvo que exiliarse a Italia, donde murió.

- Demetrio Alonso Castrillo (1841-1916): abogado y político español, fue Diputado por León y llegó a ser Ministro de Gobernación en 1911, durante el reinado de Alfonso XIII. Favoreció la ejecución de obras públicas en el pueblo.

- Luis López Santos (1903-1973): cofundador de la revista de poesía "Espadaña", canónigo de la catedral de León, escritor, ensayista y director del Instituto Padre Isla de León.

- Antonio González de Lama (1905-1969): sacerdote español, escritor, director en varias ocasiones del Diario de León y uno de los fundadores de la revista Espadaña.

- Julián López (1946-2009): entrenador de balonmano, consiguió ascender dos veces a la división de honor con el Club Balonmano Ademar León en los años 80.

4. Patrimonio histórico, monumental y cultural.



Valderas tiene un importante patrimonio histórico y monumental, y por ello 2008 el conjunto histórico de la villa fue declarado Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León ( Ver Boletín Oficial de Castilla y León número 116, de 18 de junio de 2008, páginas 11999 y 12000 ; Ver tb. Boletín Oficial del Estado número 265, de 3 de noviembre de 2008, páginas 43688 a 43689 ).

Asimismo la villa acoge diversas celebraciones de interés cultural que tienen lugar a lo largo del año, y tiene gastronomía de calidad.

A) Arquitectura y urbanismo.

Casas típicas

Las casas de arquitectura popular son las edificadas al uso de la comarca de la Tierra de Campos, utilizando como elemento de construcción el barro, ya sea en forma de adobe, ladrillo o tapial. Son casas que se cubren en su mayoría con tejados de teja roja.

Urbanismo

En el casco histórico de la villa, que corresponde a la zona más antigua edificada sobre un cerro junto al río Cea y en cuya cima (la “Altafría”), están los restos del castillo, y la trama urbana sigue un trazado medieval, con calles estrechas y en cuesta, y condicionadas por la pendiente del cerro y por el recorrido de la muralla antigua.

Las calles del casco histórico del pueblo convergen en varias plazas:

- La Plaza Mayor, en el casco histórico (antes llamada Plaza de Santa María del Azogue, del árabe “Az-Zuaqm”, es decir plaza que servía de zoco), y en la que se celebraba el mercado de la villa. En ella está el Antiguo Consistorio (siglo XVII) y la Iglesia de Santa María del Azogue (siglo XII, reformada en los siglos XVII y XIX). Está parcialmente porticada, con los típicos soportales de postes de madera.

- La Plaza de San Juan, que data del siglo XVI y donde se celebraba el mercado de ganados. En ella está la Iglesia de San Juan (siglo XVI). Está parcialmente porticada, también con los típicos soportales de postes de madera.

- La Plaza de Ramón y Cajal (antes llamada Plaza del Trigo), la más grande y moderna y en la que en la actualidad se celebra el Mercado cada lunes. Está asimismo parcialmente porticada, con los típicos soportales de postes de madera, y también hay varias casas señoriales blasonadas, una de ellas además con un pórtico de arcos de piedra.


Castillo, muralla y arcos

En lo alto del pueblo (en la “Altafría”) se conservan parcialmente dos torres del castillo medieval (siglo XII) de sillería y tapial, conocidos como “los castillos de la Altafría”. Fue construido en tiempos de Fernando II de León para defender la línea territorial de los ataques de Castilla. En el siglo XIV ya consta que estaba en manos de los Osorios, señores de las Siete Villas de Campos.

Desde su abandono en los siglos XVI y XVII, mucha piedra del castillo se empleó en la construcción de alcantarillas y pontones de los caminos, y también para cimentar algunos edificios. Actualmente las dos torres, lo único que queda del castillo, están en muy mal estado y amenazan ruina.

Se cree que debajo de las torres había un túnel profundo, y la leyenda dice que el castillo de Valderas se comunicaba mediante túneles con los castillos de Benavente (a unos 25 kilómetros) y de Grajal de Campos (a unos 50 kilómetros).

Asimismo, de la antigua muralla que rodeaba el casco histórico (ya desaparecida salvo pequeños tramos ocultos entre casas) se conservan varias puertas medievales: la de Santiago (al final de la calle homónima) y la de las Arrejas (insertada en el actual Ayuntamiento), ambas de estilo mudéjar (siglo XIV) y en buen estado; y también quedan restos de la puerta de San Isidro adosados a una casa.


Palacios, edificios y obras civiles

En las calles del casco histórico de Valderas se encuentran varios palacetes y casas nobles (antiguas casas solariegas edificadas en ladrillo y piedra y blasonadas con escudos de armas y familiares), así como algunos edificios de uso civil y eclesiástico, en diferentes grados de conservación. Destacan los siguientes:

- El antiguo Seminario de San Mateo (siglo XVIII) es un edificio de grandes dimensiones, blasonado, con la portada de la fachada occidental decorada con elementos de influencia herreriana, y con un patio interior ajardinado.

Fue Fundado en 1738 “para la crianza y mejor educación de los hijos de ese pueblo” por el legado póstumo del ya citado Fray Mateo Panduro y Villafañe, carmelita, catedrático y obispo.

Como anécdota histórica, en el Seminario pernoctó Napoleón Bonaparte a finales de diciembre de 1808, durante la Guerra de la Independencia.

Fue Seminario desde su fundación hasta mediados del siglo XX. En los años 50 pasó a ser un colegio regentado por los Carmelitas, hasta que en 1970 se cerró por escasez de alumnos. En 1974 lo compró el Ayuntamiento, siendo rehabilitado parcialmente en 1978 y casi totalmente en 2009-2010.

En la actualidad está ocupado por el Hogar del Pensionista, una Residencia de la Tercera Edad, el Auditorio Municipal, una sala de exposiciones y la Oficina de Turismo. También posee espacios para una biblioteca y para las oficinas municipales y el salón de plenos, ya que estaba previsto trasladar al mismo la Biblioteca Municipal y la Casa Consistorial, pero finalmente no se llevó a cabo dicho traslado.

- El Palacio de los Osorio (siglo XVII ó XVIII), familia que ostentaba el Señorío de las Siete Villas de Campos, marqués de Astorga y conde de Trastámara. Es una casona con fachada de sillares, amplio portalón sobre el que ostenta su escudo de armas, y balcón de esquina.


- El Palacio de los Marqueses de Castro Janillo (siglo XVIII) tiene una portada neoclásica de piedra con columnas de granito, un gran balcón sobre el que está esculpida la cruz de Santiago, y en su interior hay un patio porticado.

- El Hospital de Mendigos (siglo XVII ó XVIII), de planta palaciega y blasonado, y con patio interior; en la actualidad está muy deteriorado y amenaza ruina.

- Otras casonas a destacar son la de los Charro, la de los Arias y la de los Benavides.

La Antigua Casa Consistorial

El edificio de la Antigua Casa Consistorial data de 1701. Su estilo es de corte herreriano, similar al consistorio de Astorga, cabeza del poderoso señorío de los Osorio.


Se trata de un edificio de sillería con dos plantas, un balcón corrido y dos torres con chapiteles, destacando el escudo de Valderas esculpido en piedra.

Situado en la plaza Mayor, fue edificado sobre el solar donde se supone que estaba la casa de María de Zarzas. Fue Ayuntamiento y después, en la segunda mitad del siglo XX, fue edificio de Correos, pero actualmente está abandonado y bastante deteriorado.

El puente “nuevo”

El puente “nuevo” data de 1761, como reza en una de sus pilastras. Cruza el río Cea y es de piedra y con varios arcos. Se conserva en relativo buen estado y ya no soporta apenas tráfico, porque desde hace algunos años existe a su lado un puente moderno por el que pasa la carretera de León.

Las bodegas

Un elemento original de Valderas es su red de túneles del subsuelo del casco histórico de la villa (enclavado en el cerro junto al río Cea) a través de los años. Son en su mayoría pequeñas bodegas de forma abovedada, excavadas a cierta profundidad bajo las casas.

Su función original era servir de pequeñas bodegas caseras y de despensas (“fresqueras”), pero en algún momento de la historia algunos de estos enclaves fueron destinados a otros menesteres (defensivos, y algunas también como prisión), y la leyenda cuenta que de algunas de ellas salían túneles que llevaban a otras bodegas, e incluso atravesaban el río y se comunicaban con las fortalezas más cercanas.

En la actualidad muchas de estas bodegas ya no cumplen su función enológica sino que se utilizan como merenderos y lugares de reunión de amigos. También son la causa de que algunas casas abandonadas se derrumben cuando las bodegas ceden, víctima del abandono y de las humedades.

B) Iglesias y ermitas

Iglesia de Santa María del Azogue

La Iglesia de Santa María del Azogue se encuentra en la parte sur de la Plaza Mayor, en el solar donde se dice que estuvo parte de la fortificación árabe de Valderas (el castillo de “Mazarefe”), cuya torre del siglo X se habría aprovechado como parte de la torre de la iglesia.

Está datada en el año 1144, y reformada mitad del siglo XVII y en el XIX. Es de planta basilical con ábside cuadrado, con tres naves separadas por columnas y con bóvedas de crucería, más una gran cúpula sin linterna. La torre se cree que es herencia del citado antiguo alcázar árabe. La puerta principal da a la plaza, al norte, mientras que en la entrada sur hay un pórtico donde antiguamente se reunía el Concejo del pueblo.

Es destacable el retablo mayor, de estilo renacentista-plateresco del siglo XVI, de autor desconocido, aunque sus tallas tienen una influencia de Berruguete. Es un retablo pictórico y escultórico. También hay retablos laterales que se trajeron de Medina de Rioseco en 1681 y son obra de Juan Fernández. El órgano es de época barroca (siglo XVII).

Iglesia-Santuario de la Virgen del Socorro

Es la iglesia o capilla del antiguo Convento Carmelita de San Claudio, ubicado en la calle de los Castillos y construido en 1565. Del convento, abandonado en 1836 tras la “Desamortización de Mendizábal”, sólo se conservan algunas arcadas del claustro antiguo entre los edificios levantados en su solar. El convento fue en su tiempo un importante centro docente y de cultura, y entre otros tuvo como estudiante al ya citado “Padre Isla”, religioso, hombre de letras y escritor del siglo XVIII que pasó en Valderas unos años de su juventud.

El exterior de la iglesia, también llamada Iglesia de San Claudio como el Convento,  presenta un gran rectángulo de ladrillo con espadaña de tres huecos y linterna octogonal. Tiene una sola nave cubierta por bóveda de cañón, con ábside rectangular. A los lados del ábside hay dos puertas, una conduce a la antigua capilla de enterramiento de Juan de la Torre, administrador del Marqués de Astorga; y la otra da acceso a la sacristía cuadrada, cubierta por cúpula semiesférica con linterna.

En la actualidad la iglesia no tiene culto y alberga algunos cuadros y la imagen de Nuestra Señora del Socorro, patrona de la villa, que está situada en el centro del retablo central, de estilo Barroco-Churrigueresco (finales del siglo XVII). La leyenda cuenta que la imagen fue encontrada por un soldado de los Tercios en Flandes en un arca junto con otras dos similares, y que las dejó en depósito a un padre carmelita en Madrid, Fray Antonio Maldonado. Al no regresar el soldado, Maldonado envió las tres imágenes a tres conventos carmelitas, una de ellas al de Valderas.

La iglesia también alberga el Museo de Arte Sacro, con una colección de Cristos de los siglos XIII al XVIII, entre los que se encuentra un Cristo articulado atribuido a Gregorio Fernández, algunas tallas atribuidas a Berruguete, una Piedad del siglo XV y un retablo del siglo XVII, entre otras obras escultóricas y pictóricas. Alrededor de la sala capitular está instalada la sillería de nogal del siglo XVI ó XVII, que fue trasladada desde el coro en la última reforma.

Iglesia de San Juan

La iglesia de San Juan es un templo actualmente sin culto, situado en la plaza del mismo nombre. Se construyó en estilo gótico tardío a finales del siglo XVI.


Tiene tres naves separadas por columnas toscanas y bóvedas de yeso modernas. La Cúpula es plateresca del siglo XVII sobre el ábside, apoyada en trompas esculpidas como grandes conchas. A los lados del ábside hay dos puertas que comunican con la sacristía y con una capilla abovedada. Destacan las capillas de Francisco Hurtado, del siglo XVII, y la del Cristo, que tiene una buena talla de Cristo Crucificado.

El retablo mayor es del siglo XVII, con la imagen moderna de un Sagrado Corazón y una escultura de San Juan Bautista vestido con pieles. 

Ermita del Otero

Está situada en un altozano, a tres kilómetros al oeste de Valderas. Su construcción data del siglo XIV y se cree que formó parte de un poblado o de una hospedería relacionada con el Camino de Santiago. La conservación del edificio la llevaban hasta hace poco los pastores del pueblo. Permanece cerrada durante todo el año y sólo se abre con motivo de las romerías, celebradas el 3 de mayo y el lunes de Pentecostés (Fiesta del Pan y el Queso).

El edificio consta de una sola nave y se accede al interior por un arco de medio punto en el muro oeste. El ábside es rectangular y en él se halla un pequeño retablo barroco con una hornacina que cobija a la Virgen de la Pastorcica. A su lado hay otra pequeña edificación que se construyó para vivienda del santero o cuidador de la ermita.

C) Festividades, eventos y tradiciones.

A lo largo del año son numerosos los eventos culturales y festivos que tienen lugar en Valderas, destacando las celebraciones de Semana Santa, las ferias y fiestas del mes de julio y las fiestas patronales de septiembre en honor a la Virgen del Socorro.

Cronológicamente se suceden las siguientes celebraciones:

- En el mes de febrero se celebran las Candelas (procesión y bendición de las madres que han tenido hijos durante el año, así como el mazapán, repartido entre las embarazadas), y los Carnavales, de gran participación popular y muy concurridos.

- Cuarenta días después tienen lugar los actos y procesiones de la Semana Santa, en la que las cofradías del pueblo sacan varias de las tallas y pasos más destacables guardados en el Museo de Arte Sacro -las tallas- y en la Iglesia de San Juan -los pasos- (el Cristo Crucificado, el Cristo Yacente, el Nazareno articulado, el huerto de los olivos, etc.).

- El domingo de Pentecostés se realiza la Bendición de los Campos desde la Altafría, y el lunes de Pentecostés se celebra la Romería del Pan y del Queso, en la cual se traslada a la Virgen del Rosario desde la iglesia de Santa María hasta la ermita del Otero.

- El 3 de mayo tiene lugar la Romería de la Santa Cruz, en la que hace una comida campestre y se procesionan e intercambian la Virgen del Rosario y la Pastorcica, regresando cada una a su lugar.

- En el mes de julio tienen lugar las Ferias y Fiestas mayores, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media, en las que se celebran diversos actos, como la elección de la reina y damas de honor de las fiestas, una sardinada popular, verbenas, concursos o competiciones deportivas, además del Mercado Mayor. También en este mes tiene lugar la Muestra de Encaje de Bolillos.

En agosto se celebra el Día de Asturias, de reciente implantación debido a los numerosos visitantes asturianos que cada año visitan la villa, y el último sábado de agosto tiene lugar la Fiesta de la Bodega, en la cual hay reparto de vino y verbena popular.

- El 8 de septiembre comienzan las Fiestas Patronales “del Socorro”, en honor a la Virgen del Socorro, con un programa de actividades entre las que se encuentran verbenas, pasacalles y competiciones deportivas. 

- Por último, en Navidad se instala un belén viviente en la iglesia de Santa María del Azogue, se despide el año con una verbena, y tiene lugar la tradicional cabalgata de reyes.

Gastronomía

La villa de Valderas no solo tiene un rico patrimonio artístico y cultural, sino que en sus restaurantes ofrece también su rica y suculenta gastronomía: Los platos típicos son el bacalao al ajo arriero y el conejo guisado; otros productos locales son el vino rosado elaborado con la variedad de uva “Prieto Picudo” (con la Denominación de Origen “Tierra de León”), el pan bregado, el queso de oveja, los embutidos (chorizo, cecina, jamón) y los dulces de repostería (magdalenas, roscas, pastas).

Asimismo, en los bares de Valderas se ofrece junto con la bebida la tradicional tapa leonesa (sin coste adicional).

Uso de motes y apodos

Dentro del extenso acerbo cultural de Valderas no están sólo los hechos históricos, los monumentos, las iglesias, las obras de arte, sus fiestas y celebraciones o su gastronomía, sino que existe otro gran patrimonio cultural inmaterial valderense, como son sus usos y costumbres.

Y dentro de estos usos y costumbres populares destaca la querencia por utilizar motes y apodos para referirse a los habitantes de la villa. Tan es así que muchos de ellos y sus familias son más conocidos por sus apodos que por sus nombres reales.

No se sabe desde cuando existe esta tradición del uso generalizado de los motes y apodos en Valderas (por otra parte común a otras zonas del país), pero sí que existe constancia de que hoy en día siguen utilizándose algunos motes y apodos que datan al menos de finales del siglo XIX.

A diferencia de lo ocurrido en otros pueblos, en los que el crecimiento demográfico y los cambios económicos y sociales hicieron que el uso de los apodos se redujese o incluso se extinguiese, en Valderas el sistema de motes y apodos ha pervivido hasta nuestros días y se mantiene vivo. Así, se siguen utilizando cotidianamente por sus habitantes, incluso por las nuevas generaciones, que usan los apodos tradicionales y también inventan otros nuevos.

En Valderas hay una gran variedad de motes y apodos, con diferentes orígenes, usos y significados, además del hecho de que muchas veces se desconoce el origen y el motivo de su uso. Muchas veces su uso describe a todos los miembros de la familia, e incluso se transmiten de padres a hijos, pero incluso en los casos en los que describen a una persona en concreto, a sus familiares se les suele denominar como “esposa de” o “hijo de” más que por sus nombres propios.

Se puede consultar un Diccionario de motes y apodos de Valderas en este enlace.