[ NOTA PREVIA: Esta entrada se ha elaborado consultando algunos datos y referencias en la “Guía de Valderas”, de Honorina Vecino Páramo, 1982 (Distribuidor: Librería Pastor, León); en la “Historia de Valderas y su término”, de Albano García Abad, 1968 (Editorial El Monte Carmelo, Burgos); en “Valderas, una reina en la frontera", de Cesidio Blanco González, 2009 (Editorial Cultivalibros, Madrid); así como en varias páginas web en Internet dedicadas a la historia, arte y cultura de la villa de Valderas, concretamente en las siguientes: La Wikipedia, La Página Web de Vivaleón, la Página Web del Ayuntamiento de Valderas, y la Página Web de Carlos Cabo. ]
1. Apuntes
geográficos.
Valderas es un municipio situado al sur
de la provincia de León. La villa está ubicada en la vega del río Cea, en la
comarca natural de Tierra de Campos, caracterizada por las extensas planicies
mesetarias de secano, y en cuyos campos se cultivan principalmente cereales y
viñedo. Pero aunque la zona es predominantemente llana, el casco histórico de
Valderas está construido sobre un cerro elevado junto a la vega del río Cea,
desde el que se domina gran parte de la comarca.
El clima
en Valderas es el típico de la Meseta Norte, es decir, continental seco, con
inviernos fríos y veranos calurosos, y con lluvias irregulares y casi
inexistentes en verano.
La
economía de Valderas se basa en la agricultura de secano, en la ganadería ovina,
en alguna industria de transformación de productos locales (vino y quesos), en
el comercio local, y desde los años 70 y 80 también en el turismo de veraneo
interior, principalmente de asturianos y de oriundos del pueblo.
En cuanto
a la demografía, Valderas llegó a tener unos 4.000 habitantes a finales de los
años 60, pero desde entonces ha perdido la mitad de su población como
consecuencia principalmente de la emigración y el éxodo rural de los más
jóvenes en busca de mejores perspectivas laborales (en los años 60 y 70 a otras
regiones industriales del país, y actualmente a León, Valladolid y otros
núcleos cercanos más dinámicos como Valencia de Don Juan y Benavente, entre
otros). En consecuencia, la población censada actual es de algo menos de 2.000
habitantes, y está muy envejecida, aunque en verano con el citado turismo de
veraneo la población flotante llega a triplicarse.
2. Toponimia
y heráldica.
El nombre
del pueblo aparece por escrito por primera vez en el siglo XII, concretamente
en un contrato de compraventa de una finca fechado el 11 de junio de 1113 en el
que se habla de que está sita "...In Val de
Heras, discurrente flumen Ceia, sub Kastro Maçarefe...", es decir, en “Val de Heras”, un lugar por el
que pasa el río Cea (“discurrente flumen Ceia”)- y bajo el castillo de Mazarefe
(“sub Kastro Maçarefe”).
Este primer
nombre “Val de Heras” iría evolucionando a lo largo del mismo siglo XII a
“Valdeiras” hasta llegar a la actual denominación de Valderas.
El
significado del topónimo podría ser una contracción de la citada voz medieval “val
de eras” o “valle de las eras”. No obstante, algunos autores hablan de un
origen romano (no confirmado al no haber constancia escrita), en el que se
habría fundado un poblado denominado "Vallis
ferax cerere et uvis" (Valle abundante en cereales y viñedos); voz que se
contraería primero a “Vallis Ferax”; y después la “f” evolucionaría a “h”
aspirada y la “x” cambiaría a “s”, hasta llegar a la antes citada primera
constancia escrita medieval de “Val de Heras” y su evolución posterior hasta
la actual Valderas.
En cuanto
al escudo de Valderas, su descripción es la siguiente: en su centro un brazo
que sale de las llamas, y cuya mano rescata una bandera sobre la que se ven 4
estrellas y una cara de mujer. Lo rodea una orla con una leyenda que dice: “Confringet
arma et scuta comburet” (quebrarán las armas y quemarán en el fuego
los escudos).
Esta
composición algunos autores la vinculan a una leyenda de la tradición oral del
siglo VII (sitio de los árabes e incendio de la villa) y otros a un hecho
histórico del siglo XIV (sitio del Duque de Lancaster e incendio de la villa),
que se describen en la reseña histórica a continuación.
3. Breve
reseña histórica.
Los
orígenes y la Alta Edad Media (hasta el siglo XII)
Como ya
se ha señalado en el apartado anterior, aunque es de suponer que la zona estuviese
ya habitada en tiempos de los romanos y de los visigodos, hasta el siglo XII no
existe constancia escrita de la villa de Valderas ni de su historia; pero
existen las historias narradas de generación en generación, las leyendas y la
tradición no escrita:
- La tradición oral cuenta que en el siglo VIII, el
rey godo Witiza proclamó una ley que mandaba destruir todas las armas y
convertirlas en arados y utensilios para el campo.
- Una dama de Valderas llamada María de las Hazas (o de las Zarzas) instó a los vecinos para cumplir a medias con la ley: sólo convertirían en arados las armas inservibles o viejas, mientras que las otras serían guardadas en secreto para poder defenderse con ellas cuando hiciera falta. La leyenda cuenta también que compró más armas nuevas a su costa.
- Años más tarde pasaron por la población las tropas árabes de Al-Qama, camino de Asturias. Ante la negativa de los vecinos a rendirse los árabes tomaron el pueblo y lo incendiaron, y de nada les sirvieron a los ciudadanos aquellas armas escondidas.
- Se cree que esta leyenda del sitio y el incendio dio lugar a la configuración del escudo de la villa descrito anteriormente (aunque posteriormente, en 1388 hubo otro incendio de la villa provocado por los propios valderenses tras huir del sitio del Duque de Lancaster, hecho histórico que también pudo tener que ver en el origen del escudo).
- Una dama de Valderas llamada María de las Hazas (o de las Zarzas) instó a los vecinos para cumplir a medias con la ley: sólo convertirían en arados las armas inservibles o viejas, mientras que las otras serían guardadas en secreto para poder defenderse con ellas cuando hiciera falta. La leyenda cuenta también que compró más armas nuevas a su costa.
- Años más tarde pasaron por la población las tropas árabes de Al-Qama, camino de Asturias. Ante la negativa de los vecinos a rendirse los árabes tomaron el pueblo y lo incendiaron, y de nada les sirvieron a los ciudadanos aquellas armas escondidas.
- Se cree que esta leyenda del sitio y el incendio dio lugar a la configuración del escudo de la villa descrito anteriormente (aunque posteriormente, en 1388 hubo otro incendio de la villa provocado por los propios valderenses tras huir del sitio del Duque de Lancaster, hecho histórico que también pudo tener que ver en el origen del escudo).
- También
existen algunas referencias en documentos del siglo X en los que se menciona la
existencia en la zona de una fortificación que construyó un repoblador
hispano-musulmán (mozárabe) llamado “Maçarefe” o “Mazarefe”, y que algunos
autores apuntan a que podría referirse al emplazamiento del castillo de
Valderas, pero otros afirman que estaba en el actual emplazamiento de la
Iglesia de Santa María del Azogue (cuya
torre aprovecharía los restos de una de las torres de la fortaleza).
La Baja
Edad Media (siglos XII a XV)
Tras la
ya mencionada primera referencia escrita de la existencia del pueblo de
Valderas en el siglo XII durante el reinado de Urraca I de León (1109-1126) (recordemos,
nombrado en un contrato de compraventa de 1113 como “Val de Heras”), en tiempos
de Fernando II (1157-1188) se construyó el castillo del pueblo y se amuralló la villa (aún se
conservan dos torreones ruinosos del castillo, conocidos como “los castillos de la Altafría”, y varias
puertas de la muralla).
En el
siglo XIII Valderas aparece ya en las crónicas como un feudo del Señorío de los
Osorio (Marqueses de Astorga), y cabeza de las llamadas “Siete Villas de Campos”
(Becilla de Valderaduey, Castroverde de Campos, Roales de Campos, San Miguel
del Valle, Fuentes de Ropel, Villaornate y Valderas, su capital). La Mesta
también tuvo presencia en la economía de la zona ya que la “Cañada Real Zamorana”
pasaba (y aún pasa) por las inmediaciones del pueblo.
Durante
las Guerras Civiles Castellanas de finales del siglo XIV, Valderas apoyó tanto
a Enrique de Trastámara frente a Pedro I “el cruel” (guerra civil de 1366-1369)
como a su heredero, Juan I frente al Duque de Lancaster (guerra civil de 1388);
éste último sitió y ocupó la villa (cuentan las crónicas que las gentes del
pueblo opusieron resistencia a las tropas de Lancaster, pero que a la vista de
una derrota inminente los valderenses quemaron sus bienes y huyeron buscando
asilo en los pueblos cercanos).
En agradecimiento
a su fidelidad, Juan I otorgó a la villa un privilegio, firmado en Burgos el 15
de enero de 1388, por el cual se eximía a los valderenses y a sus descendientes
de "todo tributo e cualesquiera pechos, pedidos e servicios",
además de concederles los diezmos y tercios que la corona había de percibir
para que lo destinasen a reparar las murallas.
Los
privilegios fueron confirmados por los Reyes Católicos en 1476.
Todo ello
supuso que en los siglos XIV y XV se produjese un gran desarrollo económico y
crecimiento urbano y demográfico.
La Edad
Moderna (siglos XVI a XVII)
Durante
la guerra de las Comunidades de Castilla en 1522 Valderas apoyó a Carlos I, por
lo que éste concedió nuevos privilegios y rangos especiales a los caballeros e
hidalgos de la villa, y beneficiándose el pueblo entero con la ayuda otorgada
al Mercado, que se convirtió en uno de los más destacados del reino (y que se
sigue celebrando hoy semanalmente, los lunes).
En 1562
el Rey Felipe II confirmó los privilegios fiscales que otorgó Juan I.
También
en el siglo XVI fue sede temporal del Adelantamiento Mayor del Reino de León
(antigua institución con funciones militares y judiciales).
A
principios del siglo XVIII el privilegio fiscal de Juan I fue confirmado nuevamente
y ampliado por Felipe V, por haber apoyado su causa sucesoria frente a los
Habsburgos.
Los
beneficios de los citados privilegios fiscales y comerciales se hicieron notar
en la prosperidad de la villa, que en los siglos XVI, XVII y XVIII vió crecer
su población y su actividad comercial y artesanal, se abrieron nuevas calles y
plazas y se levantaron algunas casas y palacetes en piedra y ladrillo y con
escudos heráldicos, algunos de las cuales aún se conservan (como el Palacio de
los Osorio, el Palacio de los Marqueses de Castro Janillo y el Seminario, entre
otros).
Culturalmente
Valderas también floreció en estos siglos, en gran parte gracias a los centros
religiosos y docentes que había en el pueblo: el Convento de los Carmelitas
desde el siglo XVI, y el Seminario desde el siglo XVIII.
La Edad
Contemporánea (siglos XIX a XXI)
A
principios del siglo XIX, en diciembre de 1808, consta que Napoleón pasó por
Valderas con motivo de sus campañas militares en España y se alojó en el
Seminario (sus tropas saquearon la villa).
Poco
después se produjo la creación constitucional y legal de los municipios y la
abolición de los señoríos. Así, en 1814 el Marqués de Astorga, Señor de las
“Siete Villas de Campos”, cedió sus derechos señoriales sobre la villa,
quedando desde entonces su administración en manos de un Ayuntamiento.
Paralelamente,
durante el siglo XIX la villa entró en una decadencia económica y política y ya
no recuperaría su anterior pujanza.
Durante
el reinado de Alfonso XIII, y gracias en gran parte a la influencia en la corte
de un hijo de la villa, Demetrio Alonso Castrillo, que fue diputado y senador
por León y en 1911 ejerció como ministro de Gobernación, Valderas se vio
favorecida con la construcción de diversas obras públicas: En 1915 se instaló
el ferrocarril de vía estrecha que comunicaba Valladolid con Palanquinos
pasando por Valderas (El conocido como “tren burra”, suprimido en 1969). También
en esa década se hizo el trazado de las siete carreteras comarcales que salen o
pasan por la ciudad. Y hacia 1920 se amplió y urbanizó el pueblo hacia el sur y
se inauguró el parque llamado Paseo Nuevo.
Durante
la Guerra Civil Valderas no sufrió destrozos bélicos por estar lejos de las
líneas del frente, aunque sí sufrió la represión de la dictadura franquista,
especialmente por haber sido un pueblo con un fuerte movimiento sindical de
izquierdas (testimonio de ello es el hecho de que hoy en día Valderas es sede
del Archivo Regional de la UGT).
Tras la
guerra el pueblo siguió creciendo con nuevos barrios: en 1943 se construyó la
barriada de la Obra Sindical y en 1963 se inauguró la barriada de Santa Teresa.
En la
década de los 60 Valderas llegó a su cima demográfica, unos 4.000 habitantes, y
en 1969 se levantó en la zona de la Altafría un nuevo Instituto de Educación
Secundaria (el primero de la comarca), llamado Octaviano Andrés en honor del
entonces alcalde, promotor del centro.
Pero
justo en esa época, finales de los 60 y años 70, comenzó la emigración masiva a
los centros urbanos e industriales más pujantes del país (Madrid, Barcelona y
País Vasco), y con ella el lento pero continuo declive y envejecimiento de Valderas.
Este declive sólo se corrige en verano, cuando los numerosos veraneantes
rejuvenecen y dan ambiente y alegría al pueblo.
Personajes destacados
A lo
largo de la historia, y especialmente en la época de mayor prosperidad de la
villa (entre los siglos XVI y XIX), ha habido una serie de personas nacidas o
criadas en Valderas que han destacado en sus actividades profesionales y
culturales.
A modo de
ejemplo (seguro que hay más que se quedan en el tintero) se puede citar a los
siguientes:
- Fray Mateo
Panduro y Villafañe (1646-1722): religioso carmelita, fue Catedrático
de la Universidad de Salamanca y Obispo de Popayán (Colombia) y de La Paz
(Bolivia). Dejó un legado póstumo para fundar el Seminario de Valderas.
- Francisco de Castro Canseco (1655-1724): escultor e imaginero español que trabajó sobre todo en Galicia.
- José Francisco de Isla (1703-1781): religioso jesuita, hobre de letras y escritor. Conocido como "Padre Isla", pasó su infancia y adolescencia en Valderas, de donde era oriunda su madre. Escribió entre otras obras la novela satírica “Fray Gerundio de Campazas”, muy popular en la época aunque prohibida por la Inquisición, por lo que tuvo que exiliarse a Italia, donde murió.
- Demetrio Alonso Castrillo (1841-1916): abogado y político español, fue Diputado por León y llegó a ser Ministro de Gobernación en 1911, durante el reinado de Alfonso XIII. Favoreció la ejecución de obras públicas en el pueblo.
- Francisco de Castro Canseco (1655-1724): escultor e imaginero español que trabajó sobre todo en Galicia.
- José Francisco de Isla (1703-1781): religioso jesuita, hobre de letras y escritor. Conocido como "Padre Isla", pasó su infancia y adolescencia en Valderas, de donde era oriunda su madre. Escribió entre otras obras la novela satírica “Fray Gerundio de Campazas”, muy popular en la época aunque prohibida por la Inquisición, por lo que tuvo que exiliarse a Italia, donde murió.
- Demetrio Alonso Castrillo (1841-1916): abogado y político español, fue Diputado por León y llegó a ser Ministro de Gobernación en 1911, durante el reinado de Alfonso XIII. Favoreció la ejecución de obras públicas en el pueblo.
- Luis López Santos (1903-1973): cofundador de la revista de poesía "Espadaña", canónigo de la catedral de León, escritor, ensayista y director del Instituto Padre Isla de León.
- Antonio González de Lama (1905-1969): sacerdote español, escritor, director en varias ocasiones del Diario de León y uno de los fundadores de la revista Espadaña.
- Julián López (1946-2009): entrenador de balonmano, consiguió ascender dos veces a la división de honor con el Club Balonmano Ademar León en los años 80.
4. Patrimonio histórico, monumental y
cultural.
Valderas
tiene un importante patrimonio histórico y monumental, y por ello 2008 el
conjunto histórico de la villa fue declarado Bien de Interés Cultural por la
Junta de Castilla y León ( Ver Boletín Oficial de Castilla y León número 116, de 18 de junio de 2008, páginas 11999 y 12000 ; Ver tb. Boletín Oficial del Estado número 265, de 3 de noviembre de 2008, páginas 43688 a 43689
).
Asimismo la villa acoge diversas celebraciones de interés cultural que tienen
lugar a lo largo del año, y tiene gastronomía de calidad.
A)
Arquitectura y urbanismo.
Casas
típicas
Las casas
de arquitectura popular son las edificadas al uso de la comarca de la Tierra de
Campos, utilizando como elemento de construcción el barro, ya sea en forma de
adobe, ladrillo o tapial. Son casas que se cubren en su mayoría con tejados de
teja roja.
Urbanismo
En el casco
histórico de la villa, que corresponde a la zona más antigua edificada sobre un
cerro junto al río Cea y en cuya cima (la “Altafría”), están los restos del
castillo, y la trama urbana sigue un trazado medieval, con calles estrechas y
en cuesta, y condicionadas por la pendiente del cerro y por el recorrido de la
muralla antigua.
Las calles
del casco histórico del pueblo convergen en varias plazas:
- La Plaza
Mayor, en el casco histórico (antes
llamada Plaza de Santa María del Azogue, del árabe “Az-Zuaqm”, es decir plaza
que servía de zoco), y en la que se celebraba el mercado de la villa. En ella
está el Antiguo Consistorio (siglo XVII) y la Iglesia de Santa María del Azogue
(siglo XII, reformada en los siglos XVII y XIX). Está parcialmente porticada,
con los típicos soportales de postes de madera.
- La Plaza de San Juan, que data del siglo XVI y donde se celebraba el mercado de ganados. En ella está la Iglesia de San Juan (siglo XVI). Está parcialmente porticada, también con los típicos soportales de postes de madera.
- La Plaza de Ramón y Cajal (antes llamada Plaza del Trigo), la más grande y moderna y en la que en la actualidad se celebra el Mercado cada lunes. Está asimismo parcialmente porticada, con los típicos soportales de postes de madera, y también hay varias casas señoriales blasonadas, una de ellas además con un pórtico de arcos de piedra.
- La Plaza de San Juan, que data del siglo XVI y donde se celebraba el mercado de ganados. En ella está la Iglesia de San Juan (siglo XVI). Está parcialmente porticada, también con los típicos soportales de postes de madera.
- La Plaza de Ramón y Cajal (antes llamada Plaza del Trigo), la más grande y moderna y en la que en la actualidad se celebra el Mercado cada lunes. Está asimismo parcialmente porticada, con los típicos soportales de postes de madera, y también hay varias casas señoriales blasonadas, una de ellas además con un pórtico de arcos de piedra.
Castillo,
muralla y arcos
En lo
alto del pueblo (en la “Altafría”) se conservan parcialmente dos torres del
castillo medieval (siglo XII) de sillería y tapial, conocidos como “los castillos de la Altafría”. Fue
construido en tiempos de Fernando II de León para defender la línea territorial de los ataques
de Castilla. En el siglo XIV ya consta que estaba en manos de los Osorios,
señores de las Siete Villas de Campos.
Desde su abandono en los siglos XVI y XVII, mucha piedra del castillo se empleó en la
construcción de alcantarillas y pontones de los caminos, y también para
cimentar algunos edificios. Actualmente las dos
torres, lo único que queda del castillo, están en muy mal estado y amenazan
ruina.
Se cree que debajo de las torres había un túnel
profundo, y la leyenda dice que el castillo de Valderas se comunicaba mediante
túneles con los castillos de Benavente (a unos 25 kilómetros) y de Grajal de
Campos (a unos 50 kilómetros).
Asimismo, de la antigua muralla que rodeaba el
casco histórico (ya desaparecida salvo pequeños tramos ocultos entre casas) se
conservan varias puertas medievales: la de Santiago (al final de la calle
homónima) y la de las Arrejas (insertada en el actual Ayuntamiento), ambas de
estilo mudéjar (siglo XIV) y en buen estado; y también quedan restos de la
puerta de San Isidro adosados a una casa.
Palacios, edificios y obras civiles
En las
calles del casco histórico de Valderas se encuentran varios palacetes y casas
nobles (antiguas casas solariegas edificadas en ladrillo y piedra y blasonadas
con escudos de armas y familiares), así como algunos edificios de uso civil y
eclesiástico, en diferentes grados de conservación. Destacan los siguientes:
- El antiguo Seminario
de San Mateo (siglo XVIII) es un edificio de
grandes dimensiones, blasonado, con la portada de la fachada
occidental decorada con elementos de influencia herreriana, y con un patio
interior ajardinado.
Fue Fundado en 1738 “para la crianza y mejor educación de los hijos de ese pueblo” por el legado póstumo del ya citado Fray Mateo Panduro y Villafañe, carmelita, catedrático y obispo.
Como anécdota histórica, en el Seminario pernoctó Napoleón Bonaparte a finales de diciembre de 1808, durante la Guerra de la Independencia.
Fue Seminario desde su fundación hasta mediados del siglo XX. En los años 50 pasó a ser un colegio regentado por los Carmelitas, hasta que en 1970 se cerró por escasez de alumnos. En 1974 lo compró el Ayuntamiento, siendo rehabilitado parcialmente en 1978 y casi totalmente en 2009-2010.
Fue Fundado en 1738 “para la crianza y mejor educación de los hijos de ese pueblo” por el legado póstumo del ya citado Fray Mateo Panduro y Villafañe, carmelita, catedrático y obispo.
Como anécdota histórica, en el Seminario pernoctó Napoleón Bonaparte a finales de diciembre de 1808, durante la Guerra de la Independencia.
Fue Seminario desde su fundación hasta mediados del siglo XX. En los años 50 pasó a ser un colegio regentado por los Carmelitas, hasta que en 1970 se cerró por escasez de alumnos. En 1974 lo compró el Ayuntamiento, siendo rehabilitado parcialmente en 1978 y casi totalmente en 2009-2010.
En la
actualidad está ocupado por el Hogar del Pensionista, una Residencia de la
Tercera Edad, el Auditorio Municipal, una sala de exposiciones y la Oficina de
Turismo. También posee espacios para una biblioteca y para las oficinas
municipales y el salón de plenos, ya que estaba previsto trasladar al mismo la Biblioteca
Municipal y la Casa Consistorial, pero finalmente no se llevó a cabo dicho
traslado.
- El Palacio de los Osorio (siglo XVII ó XVIII), familia que ostentaba el Señorío de las Siete Villas de Campos, marqués de Astorga y conde de Trastámara. Es una casona con fachada de sillares, amplio portalón sobre el que ostenta su escudo de armas, y balcón de esquina.
- El Palacio de los Osorio (siglo XVII ó XVIII), familia que ostentaba el Señorío de las Siete Villas de Campos, marqués de Astorga y conde de Trastámara. Es una casona con fachada de sillares, amplio portalón sobre el que ostenta su escudo de armas, y balcón de esquina.
- El Palacio
de los Marqueses de Castro Janillo (siglo XVIII) tiene una portada
neoclásica de piedra con columnas de granito, un gran balcón sobre el que está
esculpida la cruz de Santiago, y en su interior hay un patio porticado.
- El Hospital de Mendigos (siglo XVII ó XVIII), de planta palaciega y blasonado, y con patio interior; en la actualidad está muy deteriorado y amenaza ruina.
- Otras casonas a destacar son la de los Charro, la de los Arias y la de los Benavides.
- El Hospital de Mendigos (siglo XVII ó XVIII), de planta palaciega y blasonado, y con patio interior; en la actualidad está muy deteriorado y amenaza ruina.
- Otras casonas a destacar son la de los Charro, la de los Arias y la de los Benavides.
La Antigua Casa Consistorial
El edificio de la Antigua Casa Consistorial data de
1701. Su estilo es de corte herreriano, similar al consistorio de Astorga,
cabeza del poderoso señorío de los Osorio.
Se trata de un edificio de sillería con dos
plantas, un balcón corrido y dos torres con chapiteles, destacando el escudo de
Valderas esculpido en piedra.
Situado
en la plaza Mayor, fue edificado sobre el solar donde se supone que estaba la
casa de María de Zarzas. Fue Ayuntamiento y después, en la segunda mitad del
siglo XX, fue edificio de Correos, pero actualmente está abandonado y bastante
deteriorado.
El puente “nuevo”
El puente “nuevo” data de 1761, como reza en una de sus
pilastras. Cruza el río Cea y es de piedra y con varios arcos. Se conserva en
relativo buen estado y ya no soporta apenas tráfico, porque desde hace algunos
años existe a su lado un puente moderno por el que pasa la carretera de León.
Las bodegas
Un
elemento original de Valderas es su red de túneles del subsuelo del casco
histórico de la villa (enclavado en el cerro junto al río Cea) a través de los
años. Son en su mayoría pequeñas bodegas de forma abovedada, excavadas a cierta
profundidad bajo las casas.
Su
función original era servir de pequeñas bodegas caseras y de despensas
(“fresqueras”), pero en algún momento de la historia algunos de estos enclaves
fueron destinados a otros menesteres (defensivos, y algunas también como
prisión), y la leyenda cuenta que de algunas de ellas salían túneles que
llevaban a otras bodegas, e incluso atravesaban el río y se comunicaban con las
fortalezas más cercanas.
En la
actualidad muchas de estas bodegas ya no cumplen su función enológica sino que
se utilizan como merenderos y lugares de reunión de amigos. También son la
causa de que algunas casas abandonadas se derrumben cuando las bodegas ceden,
víctima del abandono y de las humedades.
B) Iglesias y ermitas
Iglesia de Santa María del Azogue
La
Iglesia de Santa María del Azogue se encuentra en la parte sur de la Plaza
Mayor, en el solar donde se dice que estuvo parte de la fortificación árabe de
Valderas (el castillo de “Mazarefe”), cuya torre
del siglo X se habría aprovechado como parte de la torre de la iglesia.
Está datada
en el año 1144, y reformada mitad del siglo XVII y en el XIX. Es de planta
basilical con ábside cuadrado, con tres naves separadas por columnas y con bóvedas
de crucería, más una gran cúpula sin linterna. La torre se cree que es herencia
del citado antiguo alcázar árabe. La puerta principal da a la plaza, al norte,
mientras que en la entrada sur hay un pórtico donde antiguamente se reunía el
Concejo del pueblo.
Es
destacable el retablo mayor, de estilo renacentista-plateresco del siglo XVI,
de autor desconocido, aunque sus tallas tienen una influencia de Berruguete. Es un
retablo pictórico y escultórico. También hay retablos laterales que se trajeron de Medina de Rioseco en 1681 y son obra
de Juan Fernández. El órgano es de época barroca (siglo XVII).
Iglesia-Santuario de la Virgen del Socorro
Es la
iglesia o capilla del antiguo Convento Carmelita de San Claudio, ubicado en la
calle de los Castillos y construido en 1565. Del convento, abandonado en 1836
tras la “Desamortización de Mendizábal”, sólo se conservan algunas arcadas del
claustro antiguo entre los edificios levantados en su solar. El convento fue en
su tiempo un importante centro docente y de cultura, y entre otros tuvo como
estudiante al ya citado “Padre Isla”, religioso, hombre de letras y escritor
del siglo XVIII que pasó en Valderas unos años de su juventud.
El
exterior de la iglesia, también llamada Iglesia de San Claudio como el Convento,
presenta un gran rectángulo de ladrillo
con espadaña de tres huecos y linterna octogonal. Tiene una sola nave cubierta
por bóveda de cañón, con ábside rectangular. A los lados del ábside hay dos
puertas, una conduce a la antigua capilla de enterramiento de Juan de la Torre,
administrador del Marqués de Astorga; y la otra da acceso a la sacristía cuadrada,
cubierta por cúpula semiesférica con linterna.
En la
actualidad la iglesia no tiene culto y alberga algunos cuadros y la imagen de Nuestra Señora del Socorro, patrona de
la villa, que está situada en el centro del retablo central, de estilo Barroco-Churrigueresco
(finales del siglo XVII). La leyenda cuenta que la imagen fue encontrada por un
soldado de los Tercios en Flandes en un arca junto con otras dos similares, y
que las dejó en depósito a un padre carmelita en Madrid, Fray Antonio
Maldonado. Al no regresar el soldado, Maldonado envió las tres imágenes a tres
conventos carmelitas, una de ellas al de Valderas.
La iglesia también alberga el Museo de Arte Sacro, con una colección
de Cristos de los
siglos XIII al XVIII, entre los que se encuentra un Cristo articulado atribuido
a Gregorio Fernández, algunas tallas atribuidas a Berruguete, una Piedad del
siglo XV y un retablo del siglo XVII, entre otras obras escultóricas y
pictóricas. Alrededor de la sala capitular está
instalada la sillería de nogal del siglo XVI ó XVII, que fue trasladada desde
el coro en la última reforma.
Iglesia de San Juan
La
iglesia de San Juan es un templo actualmente sin culto, situado en la plaza del
mismo nombre. Se construyó en estilo gótico tardío a finales del siglo XVI.
Tiene
tres naves separadas por columnas toscanas y bóvedas de yeso modernas. La Cúpula
es plateresca del siglo XVII sobre el ábside, apoyada
en trompas esculpidas como grandes conchas. A los lados del ábside hay dos
puertas que comunican con la sacristía y con una capilla abovedada. Destacan las capillas de Francisco Hurtado,
del siglo XVII, y la del Cristo, que tiene una
buena talla de Cristo Crucificado.
El
retablo mayor es del siglo XVII, con la imagen moderna de un Sagrado Corazón y
una escultura de San Juan Bautista vestido con pieles.
Ermita del Otero
Está
situada en un altozano, a tres kilómetros al oeste de Valderas. Su construcción
data del siglo XIV y se cree que formó parte de un poblado o de una hospedería
relacionada con el Camino de Santiago. La conservación del edificio la llevaban
hasta hace poco los pastores del pueblo. Permanece cerrada durante todo el año
y sólo se abre con motivo de las romerías, celebradas el 3 de mayo y el lunes
de Pentecostés (Fiesta del Pan y el Queso).
El
edificio consta de una sola nave y se accede al interior por un arco de medio
punto en el muro oeste. El ábside es rectangular y en él se halla un pequeño retablo
barroco con una hornacina que cobija a la Virgen de la Pastorcica. A su lado
hay otra pequeña edificación que se construyó para vivienda del santero o
cuidador de la ermita.
C) Festividades, eventos
y tradiciones.
A lo
largo del año son numerosos los eventos culturales y festivos que tienen lugar
en Valderas, destacando las celebraciones de Semana Santa, las ferias y fiestas
del mes de julio y las fiestas patronales de septiembre en honor a la Virgen
del Socorro.
Cronológicamente
se suceden las siguientes celebraciones:
- En el mes de febrero se celebran las Candelas (procesión y bendición de las madres que han
tenido hijos durante el año, así como el mazapán, repartido entre las
embarazadas), y los Carnavales,
de gran participación popular y muy concurridos.
- Cuarenta días después tienen lugar los actos y procesiones de la Semana Santa, en la que las cofradías del pueblo sacan varias de las tallas y pasos más destacables guardados en el Museo de Arte Sacro -las tallas- y en la Iglesia de San Juan -los pasos- (el Cristo Crucificado, el Cristo Yacente, el Nazareno articulado, el huerto de los olivos, etc.).
- El domingo de Pentecostés se realiza la Bendición de los Campos desde la Altafría, y el lunes de Pentecostés se celebra la Romería del Pan y del Queso, en la cual se traslada a la Virgen del Rosario desde la iglesia de Santa María hasta la ermita del Otero.
- El 3 de mayo tiene lugar la Romería de la Santa Cruz, en la que hace una comida campestre y se procesionan e intercambian la Virgen del Rosario y la Pastorcica, regresando cada una a su lugar.
- En el mes de julio tienen lugar las Ferias y Fiestas mayores, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media, en las que se celebran diversos actos, como la elección de la reina y damas de honor de las fiestas, una sardinada popular, verbenas, concursos o competiciones deportivas, además del Mercado Mayor. También en este mes tiene lugar la Muestra de Encaje de Bolillos.
- En agosto se celebra el Día de Asturias, de reciente implantación debido a los numerosos visitantes asturianos que cada año visitan la villa, y el último sábado de agosto tiene lugar la Fiesta de la Bodega, en la cual hay reparto de vino y verbena popular.
- El 8 de septiembre comienzan las Fiestas Patronales “del Socorro”, en honor a la Virgen del Socorro, con un programa de actividades entre las que se encuentran verbenas, pasacalles y competiciones deportivas.
- Cuarenta días después tienen lugar los actos y procesiones de la Semana Santa, en la que las cofradías del pueblo sacan varias de las tallas y pasos más destacables guardados en el Museo de Arte Sacro -las tallas- y en la Iglesia de San Juan -los pasos- (el Cristo Crucificado, el Cristo Yacente, el Nazareno articulado, el huerto de los olivos, etc.).
- El domingo de Pentecostés se realiza la Bendición de los Campos desde la Altafría, y el lunes de Pentecostés se celebra la Romería del Pan y del Queso, en la cual se traslada a la Virgen del Rosario desde la iglesia de Santa María hasta la ermita del Otero.
- El 3 de mayo tiene lugar la Romería de la Santa Cruz, en la que hace una comida campestre y se procesionan e intercambian la Virgen del Rosario y la Pastorcica, regresando cada una a su lugar.
- En el mes de julio tienen lugar las Ferias y Fiestas mayores, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media, en las que se celebran diversos actos, como la elección de la reina y damas de honor de las fiestas, una sardinada popular, verbenas, concursos o competiciones deportivas, además del Mercado Mayor. También en este mes tiene lugar la Muestra de Encaje de Bolillos.
- En agosto se celebra el Día de Asturias, de reciente implantación debido a los numerosos visitantes asturianos que cada año visitan la villa, y el último sábado de agosto tiene lugar la Fiesta de la Bodega, en la cual hay reparto de vino y verbena popular.
- El 8 de septiembre comienzan las Fiestas Patronales “del Socorro”, en honor a la Virgen del Socorro, con un programa de actividades entre las que se encuentran verbenas, pasacalles y competiciones deportivas.
- Por último, en Navidad se instala un belén viviente en la iglesia de Santa María
del Azogue, se despide el año con una verbena, y tiene lugar la tradicional
cabalgata de reyes.
Gastronomía
La villa de Valderas no solo tiene un rico
patrimonio artístico y cultural, sino que en sus restaurantes ofrece también su
rica y suculenta gastronomía: Los platos típicos son el bacalao al ajo
arriero y el conejo guisado; otros productos locales son el vino rosado elaborado
con la variedad de uva “Prieto Picudo” (con la Denominación de Origen “Tierra
de León”), el pan bregado, el queso de oveja, los embutidos (chorizo, cecina,
jamón) y los dulces de repostería (magdalenas, roscas, pastas).
Asimismo,
en los bares de Valderas se ofrece junto con la bebida la tradicional tapa
leonesa (sin coste adicional).
Uso de
motes y apodos
Dentro del extenso
acerbo cultural de Valderas no están sólo los hechos históricos, los
monumentos, las iglesias, las obras de arte, sus fiestas y celebraciones o su
gastronomía, sino que existe otro gran patrimonio cultural inmaterial
valderense, como son sus usos y costumbres.
Y dentro de estos usos
y costumbres populares destaca la querencia por utilizar motes y apodos para
referirse a los habitantes de la villa. Tan es así que muchos de ellos y sus
familias son más conocidos por sus apodos que por sus nombres reales.
No se sabe desde cuando
existe esta tradición del uso generalizado de los motes y apodos en Valderas
(por otra parte común a otras zonas del país), pero sí que existe constancia de
que hoy en día siguen utilizándose algunos motes y apodos que datan al menos de
finales del siglo XIX.
A diferencia de lo
ocurrido en otros pueblos, en los que el crecimiento demográfico y los cambios
económicos y sociales hicieron que el uso de los apodos se redujese o incluso
se extinguiese, en Valderas el sistema de motes y apodos ha pervivido hasta
nuestros días y se mantiene vivo. Así, se siguen utilizando cotidianamente por
sus habitantes, incluso por las nuevas generaciones, que usan los apodos
tradicionales y también inventan otros nuevos.
En Valderas hay una gran
variedad de motes y apodos, con diferentes orígenes, usos y significados,
además del hecho de que muchas veces se desconoce el origen y el motivo de su
uso. Muchas veces su uso describe a todos los miembros de la familia, e incluso
se transmiten de padres a hijos, pero incluso en los casos en los que describen
a una persona en concreto, a sus familiares se les suele denominar como “esposa
de” o “hijo de” más que por sus nombres propios.
Se puede consultar un Diccionario de motes y apodos
de Valderas en este enlace.
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